In Of Africa

Sunday, December 16, 2007

De Luanda a Miami, Angola no coraçao.

El 2007 da sus últimos coletazos y me hago preguntas sobre la naturaleza de los blogs. ¿Serán inmortales como nuestras almas? ¿O bien tienen un periodo vital limitado, como nuestros cuerpos?

Sea cual sea la respuesta, estoy seguro de que la existencia, al menos este blog, ya no tiene sentido. Se fue África o, mejor dicho, yo me fui de ella. La dejé donde siempre ha estado, con ese estómago hacia dentro a la espera de recostarse en el perfil oriental de sudamérica.

¿Qué tal te fue alli? Es la pregunta de rigor a la que respondo con frases hechas, sentidas a medias y a medias pensadas. Todo aquello es demasiado complejo, confuso. La sensación de debilidad, de fragilidad que uno tiene allí es difícil de expresar. Uno es consciente de la inseguridad, de la escasa distancia qe hay entre un estado y otro y, sobretodo, que no depende de nosotros ese cambio.

Se va Angola, la República de Angola, con su Dos Santos, su Nandó y el ministro Teta, su Maianga, Mutamba y el foso de Prenda, los candongueiros blanquiazules con sus cobradores asomándose como arqueros en un carro asirio, se fueron las viejas arrugadas cocinando plátanos y chinguba de cuclillas en la calle, no probaré el pollo ruso ni el pan mafra ni el kechup adulterado del wimpi regará mis hambuergueas wimpi, no me tostaré en el Jango Veleiro ni veré a los cangrejos pegados a las piedras ante el mar sucio y picado, no escucharé a Dona Sana, ni las catilinarias de Ernesto, ni algún disparo en la noche como un hipo suelto, tampoco veré a personas que ya sabría que no volvería a ver, ya no esquivaré el agua negra de tuberias abiertas como venas derramadas en las ruas, me olvidaré de mi sempieterno look de chanclas y pantalones cortos, no tendré conversaciones de cine y futbol con mi amigo Carlos, en mis noches me cubrirá un edredón o la nada pero ya no la red mosquitera, no me tomaré cervezas solo y sin más luz que la de los relámpagos de las tormentas de enero y febrero, no veré más niños dormidos como mochilas en las espaldas de sus madres trabajando, no sabré nunca si Angola escapará de su temible y probable futuro de miseria, no veré Caboledo ni Kwanza ni todos aquellos parajes sacados de libros y cuentos que leía cuando era niño.

Me voy en enero a Miami, y unos meses más tarde, a Washington. Todo cambiará. Y lo primero es este blog y del cual estas son sus últimas líneas. Empezaré otro, menos encorsetado con la vida que viva, más general y en el que creo, y espero, no aparezcan ni atracos ni tarántulas.

Un saludo a quien me ha leído. Un saludo a quien me vaya a leer.

http://dertyups.blogspot.com/

Wednesday, August 29, 2007

Tubarao Branco (a mi tb me llaman así en Angola)




Monday, August 27, 2007

Summer Trip 2007: I shark not come back




Bueno, la última parte del viaje incluyó un vuelo hasta Capetown o Ciudad del Cabo. Intentar describir una ciudad extirpada de Inglaterra e implantada en la costa africana es imposible. La montaña que la cerca, las playas, el ambiente tranquilo y la posibilidad de hincharme de comer a buen precio hacen que Capetown ocupe un lugar privilegiado entre mis ciudades (por detrás de Boyuyos y de Cheadle).


Alquilamos de nuevo un coche. Era un coche mágico pq una vez dentro, era tan cutre que parecía que habías vuelto a los años 80. Las curvas sobre barrancos, las lluvias torrenciales y los frenos equinos del coche hicieron que llegar a cabo de Buena Esperanza fuese todo un reto. Yo, previsor, solo me había llevado una sudadera que, tras el palizón por Namibia, olía a gato y que no abrigaba. En la foto ya veis mi cara de sufridor. En ese momento si que pude decir que nunca había llegado tan bajo en África (chiste simple).


El tercer día nos movimos hasta Gansabai, zona, como ya sabreis, conocida por sus tiburones blancos. Llegamos a las 9:00 y a las 10:30 ya estábamos fuera. Marineros curtidos y diciendo cosas tipo "Argg, que tiburon ese que vi" o "Estos malditos seguro que vendrán, OH, seguro que vendrán". Todo muy autentico. Tras una hora comenzaron a venir esos malditos. Los tiburones blancos eran increibles, mucho mejores que en los documentales o que en las latas de atún. Nos pusimos trajes de neopreno y al agua (en una jaula, claro). El moverse de las olas, la sal, el cacho de atún podrido flotando, un escualo de 4 metros mirando la jaula con interés. Pese a sacar las manos para acariziarlos se mostraron muy ariscos.


Bueno akí acaba mi viaje del 2007 (uno de ellos), con mi buen amigo Carlos y con la sensación de que nunca volveré a esta parte de África.

Tuesday, August 21, 2007

Summer Trip 2007: Etosha again


Etosha se llenó de domingueros aún más domingueros que nosotros cuando llegó el fin de semana. De la misma manera que siguiendo el vuelo de los buitres encuentras el cadáver, uno puede saber que hay algun animal curioso cerca por la acumulación de coches parados. Cuantos más coches, más grande, agresivo o mortal era el animal. Estaba seguro de que si, en medio de un camino, paraba el coche y ponía cara de interesante. Pronto, uno detrás de otro, irían parando coches y más coches. Se vería a través de los cristales unos ojos escrutando arbustos, matas, el horizonte.
Vimos elefantes, leones, jirafas, orix, cebras, ñues, palancas, kudus, gemsboks, dik-diks, steenboks, zorros con orejas raras, facoceros, etc. Posiblemente podíamos haber visto rinos o guepardos o leopardos, pero eso requeriría levantarse a las 5 de la mañana y dejar tu culo en una charca durante 4 horas. Hubiese sido un signo claro de involución y ni yo ni mi compañero estábamos dispuestos a asumirlo. !Al fin y al cabo somos becarios de España! !Y ningún otro becario de otro país puede decir lo mismo!
Dejamos Etosha para volver raudos a Windhoek. Dormimos en el lodge de nuestra amiga la nazi que lloraba pq mientras turcos y rusos hacían lo que querían en Alemania, a ella no la dejaban volver. Claro que era volver a un sitio donde nunca había estado y que salvo por unas cuantas cadenas genéticas no tenía nada que ver con ella.
Etosha fue genial. Duró poco y no pude atropellar a ninguna cría de elefante. Pero siempre habrá otros viajes.

Saturday, August 18, 2007

Esto si que es un pueblo arrepentido y no el pueblo alemán


Summer Trip 2007: Etosha sejour


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Dejamos Damaraland, las pinturas ruprestres y la cubierta del camping (por lo que me han clavado 100€ para reponerla) y nos dirigimos al Etosha. Puede que no sea un parque natural de la extensión del Kruger o el Masai Mara, pero la principal reserva de Namibia es famosa por contener a todos los bicho grandes (Big 5). De la misma manera que el niño pijo establece sus prioridades cuando va a Disneyland (en plan, quiero ver a Mickey, a Donald y a Jack Sparrow), yo tb establecí mis metas. Leones, elefantes, rinos y a Pamela Anderson, aunque de antemano sabía que los dos últimos son muy esquivos. Llegamos a buena hora a una de las 3 puertas de acceso al parque. Era imposible evitar cierta comparación con Parque Jurásico, cuando el 4x4 entraba por la enorme puerta (aunque creo que Laura Dern no tenía que pagar 9€). Una vez dentro ya comenzabas a ver grupos de cebras y de ñues. Nosotros, gracias a un mapa hecho por un babuino borracho, nos dirigiamos por los distintos puntos que nos habían recomendado. Las pistas de arena cruzaban matorrales, espinos y sombras fugaces de animales aburridos de tanto coche. Al visitar el Etosha en la estación seca siempre contábamos con la posibilidad de esperar a los elefantes y demás en los bebederos. Pero molaba más recorrer aquellos caminos con orix cruzando o con ñues de aspecto desaliñado a la sombra. A lo lejos las jirafas dejaban su silueta recortada en el horizonte africano. Y por un momento pensé que si tanta vida era posible, que si hubo una época en que aquello era lo normal y no lo visitable. Y me dije que no, que tanta explosión de vida solo era posible encontrarla en un cuarto de baño de un colegio público.

Tuesday, August 14, 2007

Summer Trip 2007: Johny sings love songs.


Antes de dirigirnos al Etosha Park, la principal reserva natural del país, decidimos visitar un par de sitios pintorescos. El primero de ellos era la muy renombrada obra de algún paleto de hace 6000 años que pintó un hombre durante un ritual. Para descubrir esta y otras escenas de caza contamos con la inestimable ayuda del guía Johny. Johny pronto se hizo nuestro amigo y durante el camino (45 ida/volta por un pequeño cañón) nos introdujo en el mundo del té, de las ratas de las rocas (desmanes) y de la temporada de lluvias. Una vez delante de las pinturas, tuvimos un trueque de trabajos. Mientras él insistía en que sacásemos fotos a las pinturas, nosotros le decíamos que no, que eso ayuda a joderlas. Johny estaba un poco confuso, así que nos dedicó una canción típica, cantada de cluclillas, de la zona. En la foto podéis ver a mi amigo Carlos y a mi amigo Johny. El paisaje, como en toda Namibia, era impresionante.
Al día siguiente visitamos un bosque petrificado. Nueva atracción, nuevo guía. Y aunque este nuevo amigo demostró saber mucho tanto de la sustitución de las células vegetales por minerales así como de la liga italiana, yo no podía dejar de pensar en Johny. En Johny y en su canción ancestral que parecía manar de cada arbusto violado por el viento.

Sunday, August 12, 2007

Summer Trip 2007: The fantastic car


Coche, piso y novia. Los tres deseos de nuestra generación. Durante el viaje a Namibia disfruté de los dos primeros de forma simultánea. Respecto a la novia, aún sigo esperando que Rihanna, la mamífera más jamona del último milenio maya, venga a visitarme.
Nunca antes había conducido un 4x4 y la verdad es que te dá una extraña sensación de gilipollas muy interesante. Todo parece aplastable, no te detienes ante ningún bache y bajas del vehículo como el Ranger Walker, en plan vaquero. Pero tras más de 1000 km conduciendo por la izquierda, prestando atención a los pumba con sus pumbitos y sus jodidas tendencias suicidas de cruzar la carretera cuando pasan los coches, la verdad es que acabas un poco hasta las pelotas. Como es lógico, ya que escribo este post con las manos y no con con un palito sujeto con la boca, no tuvimos ningún accidente. Eso si, nada es perfecto, perdimos la cubierta impermeable y me comí un tronco marcha atrás (nada grave).
En la foto podeis ver mi primera casa. Todo un orgullo. El colocar la tienda en el techo del coche cumplió sus función y ningún namibio salido intentó violarnos. Solo una noche escuché rugidos terroríficos, de algo no humano. Al principio me acojoné, hasta descubrir que era el bueno de Carlos roncando en el saco de dormir de al lado.