Friday, October 20, 2006

La costa de los mosquitos (Peter Weir, 1986)


Harrison Ford decide dejar atrás el mundanal ruido para comenzar una aventura en busca de su utopía. Harri no es muy brillante, ya que el nombre del lugar al que se dirige deja bastante claro con lo que se va a encontrar. Si Angola se hubiese llamado Paraiso Mosquito, es muy probable que me hubiese pensado otras docenas de veces esto de venir. Lo cierto y verdad es que estos estilizados animales pululan por todas partes. Al principio, como a algunas personas, no se les presta atención pero luego, de forma irremediable, no puedes apartar tus sentidos de ellos. ¿"De ellos"? No. Porque nunca se ven, tus ojos no dejan de inspeccionar el vacío, la pared blanca, la cortina recogida. Sabes que están allí. Es casi como una creencia religiosa. Sabes que están allí y condicionas tu vida a ellos pero nunca los ves . Eternos. Tranquilos y sentados en sus piernas peludas. Como las viejas en los pueblos se sientan en la puerta de las casas. El spray antimosquito tiene la misma eficacia que los antiaéreos en la 2ª Guerra Mundial, solo sirven para tranquilizar a la población, porque derribar, solo derriba la capa de ozono. En esta vida todo son cifras. Llevo 13 días, he matado a 6, me han picado 3400. Harri, eres tonto.

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