Monday, October 30, 2006

Viaje al centro de la tierra ( Henry Levin, 1959)


Apareció de un día para otro. No mayor que un balón de fútbol. No se veía nada y solo el rumor del agua aseguraba que era una alcantarilla. A medida que los días pasaron se hacía más y más ancho aquel agujero. El agua horadaba la tierra arenosa bajo la fina capa de asfalto y éste, carente de apoyo, terminaba por ceder. Cuando alcanzó más de un metro de diámetro, te sentías obligado a parar y contemplar. Un riachuelo subterráneo cruzaba la calle y nosotros sin saberlo. Miras la erosión cada día y te vuelves un experto. Tal montículo no durará mucho. Esas piedras acabarán por ceder. Por un momento te conviertes en testigo de alguna fase geológica de la Tierra. Podrías señalar con el dedo y decirle al chaval de turno, “¿ves eso de allí? Pues es la placa tectónica hindú, pronto aparecerá el Himalaya”. Pero “la morada de los dioses” no tiene tiempo de brotar, el segundo productor de petróleo de África no puede permitir esto. Doce hombres y dos escavadoras. Tardan un solo día. Gran trabajo. Ahora ya no hay un agujero, sino dos y mucho más grandes. Los escombros hacen de presa y mi riachuelo se estanca y verdea. El agua acumula basura y apesta. A veinte metros está el colegio, a veinte y cinco la oficina. Como empiece un brote de cólera tendré que escribir un post con el cartel de alguna película de George A. Romero.

2 Comments:

Blogger Capitán Cook(ing) said...

Estoy de acuerdo con las críticas positivas que nos has envaido por mail. Coincido con El País, El Mundo, Le Monde, el NY Times etcétera, este blog es muy bueno. También a ti te sigo en la distancia. Un abrazo de este canguro andaluz, ciao!

7:15 PM  
Blogger dertyu said...

Gracias, Rafa, 1.340 millones de lectores no pueden equivocarse.
Un día publico el de Cocodrilo Dundee en tu honor.

2:29 AM  

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