El bueno, el malo y .... el raro

Me temo no encajar dentro de una visión simplista (o bushista) del mundo. Mercedez o BMW. Madrid o Barça. Mundo libre o terrorismo. Y creo que parte de mi deslocalización nace en mi tierna infancia. Desde que somos pequeños las series, los libros, las películas nos enseñan siempre dos vías. Por un lado tenemos a Luke Skywalker, a He-Man, a Duke de los G.I.JOE o a Hank, el arquero de Dragones & Mazmorras, enfrente, sus némesis, Darth Vader, Skeletor, Cobra y Vender. En nuestras clases siempre había muchos, la mayoría, que le gustaban los buenos, los que ganaban y salvaban el mundo. Luego había una parte, que con los años fueron aumentando, que se sentían atraídos por el lado oscuro y se creían muy guays pq se sentían representados por los malos. Supongo que se consideraban nihilistas.
Pero entre esos dos grupos, al igual que neutrones perdidos, pululaba gente como yo. Que teníamos como ejemplos a los personajes raros, no al heroe o al villano, sino al anti heroe o al anti villano. Así pues nos gustaba el inútil de Orco o el Hombre Muelle, apoyábamos en silencio a Erik, el escudero, cuando le echaban la culpa de todo o bien, nos comprábamos el muñeco más cutre de los G.I.JOE (ej: Lizard-Croc man, que venía con cocodrilo de plástico por cierto). Ahora, después de haber leído a Aristóteles, a Homero, a Orwell, a Keats, a Hughes, a Junger, a Chomsky, a Arendt, aún sigo sin entender qué me movía y mueve a admirar la figura del paria, del que nada se espera y en el que nadie tiene fé.