Como decía Sun Tzu (que cultos son estos últimos posts) que desde la misma manera que quien levanta un cabello (que no un caballo) no puede ser considerado fuerte o que quien es capaz de señalar el sol en un día claro puede considerarse que posea buena vista, yo me pregunto, ¿podemos alabar el genio y prosperidad económica de China?
Claro está que cada país cuenta con sus recursos (¿qué habría sido Alemania sin sus cuencas del Ruhr o Silesia?) y puede llegar desperdiciarlos y arruinarse. Pero si un país, o un gobierno, lo hace mal, muy mal, el pueblo suele castigarlo. Pero pongamos el supuesto de China. Claro que su PIB crece a un 10%, y se come los mercados como Gordi (de los Goonies) pastelitos, pero a qué precio? Obviamente se pasan por el forro Kioto y demás pajas ecologistas. Pero bueno, eso es algo que tb hacen EEUU o la India. El principal motor de la economía china es la opresión. Hagan bien o mal su planificación nadie les chistará. Y si les chista, el estado se hará más rico, pues las familias de los ajusticiados en este país deben de pagar la bala que atraviesa el craneo desnudo de su hijo, padre o abuelo. Y, pura magia, antes de que el primer manantial de sangre encharque sus alpargatas, el reo se verá desprovisto de sus órganos. Corazones y riñones que viajarán hacia nuevos ricos y viscosos cuerpos.
Pero puede que el cuerpo del reo no alimente al Estado (literalmente), pues hay más formas de obtener beneficios. Puedes meterlos en barcos y mandarlos a conquistar con sudor la hegemonía económica mundial. Mano de obra esclava que muchos países reciben encantados. Es barata y no tiene derechos. Angola recibió, según las estadísticas, un préstamo de 2 mil millones de dólares en 2005. Las estadísticas deberían indicar tb cuantos kilos de carne esclava incluía el acuerdo.
China no es comunista. Es un fascismo varado en la violencia y la represión. Varado como el barco cárcel donde vivían los prisioneros chinos que trabajaban en Angola.
